Puede cambiar nuestra calidad
de vida
El Dr. Ernst Hartmann en 1951 midió por primera vez la
resistencia eléctrica de diversas personas en diversos lugares. Sus investigaciones
le llevaron a descubrir una red constituida por bandas de unos 21 cm. de ancho
y separadas por 2,50 m. en sentido N-S (polaridad negativa “-“) y de 2 m. en sentido E-O (polaridad
positiva “+”).
La red Hartmann se puede concebir como un cuadriculado o
mallado formado por paredes electromagnéticas que nacen del subsuelo y se
prolongan en vertical hasta aproximadamente unos 2000 m de altura sobre la
superficie terrestre, y que actúan como líneas de fuerza que transportan o
disipan los excesos energéticos terrestres, ya sean éstos de origen natural
(radiactividad, electricidad terrestre, etc.) o artificial (transformadores
eléctricos, líneas de alta tensión, etc.).
Aunque la estructura global de esta red energética terrestre
es muy variable, y se perciben fluctuaciones de un lugar a otro, entre
diferentes períodos del año, cuando se producen fuertes cambios atmosféricos, e
incluso, entre períodos de un mismo día, se admiten ciertas constantes como se
indica en la figura .
En dicha red, y muy especialmente en sus cruces,
convergen toda una serie de factores distorsionantes (alteraciones del campo
magnético, mayor radiactividad natural, mayor ionización del aire, etc.) que,
tal y como se ha comprobado en numerosas investigaciones llevadas a cabo por
especialistas de diversas disciplinas (médicos, ingenieros, físicos, etc.),
resultan nocivos para la salud de los seres vivos.
Mis investigaciones y mediciones más recientes sobre la red
Hartmann y zonas alteradas telúricamente (desde el centro de la tierra),
indican variaciones relativamente importantes del campo magnético terrestre
(provocadas por elementos estructurales de las propias viviendas, vetas
metalíferas, conducciones de agua, etc.), así como pequeñas variaciones del
campo eléctrico, temperatura, humedad, etc.
Sin embargo, lo más significativo y, tal vez, lo más
preocupante que he podido detectar y constatar en los cruces H, es la medición
de valores de radiactividad significativamente más altos que la media del
entorno.
Los cruces H constituyen, pues, puntos
geopatógenos de serio peligro para la salud de las personas que pasen
un tiempo prolongado (duerman, descansen o trabajen) en esos lugares. Las dosis
de radiación recibidas pueden causar daños o alteraciones importantes en
nuestro organismo, desde simples jaquecas o alteraciones del sueño, hasta
problemas cardíacos, úlceras, tumores, etc. El tipo de enfermedad y su gravedad
dependerá, principalmente, del tiempo que pasemos en estas zonas alteradas.
Algunas de las afecciones provocadas por los cruces H.
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